Huracanes (también llamados Ciclones Tropicales)
Cuando un fuerte huracán se dirige hacia una costa vulnerable, los habitantes toman precauciones -refuerzan puertas y ventanas de las casas con madera, embalan todo lo que se pueden en los autos, y evacúan. Para los que viven en áreas propensas a huracanes, estas tormentas masivas son sinónimo con desastre. Son los sistemas de estados del tiempo de mayor alcance y son enormes - tienen un promedio de 340 millas de diámetro.
Los huracanes se forman en las zonas tropicales, sobre el agua caliente del océano, y se debilitan cuando se desplazan tierra adentro o lejos del trópico. Cuando están en el Atlántico se les llama huracanes, en otras áreas del mundo se llaman tifones o ciclones tropicales. A causa del efecto Coriolis, en el hemisferio norte las tormentas giran hacia la izquierda y en el hemisferio sur hacia la derecha. En el centro de la tormenta giratoria hay una pequeña área conocida como el ojo.
Los daños de los huracanes en zonas costeras a menudo se deben a la marejada de la tormenta, que inunda zonas costeras. Las fuertes olas y vientos también afectan zonas costeras. Los huracanes también generan una enorme cantidad de lluvia. No todas las tormentas son iguales. Las tormentas grandes y fuertes causan mucho más daño que las tormentas pequeñas. En el Pacífico Este y Atlántico se utiliza la Escala del Huracanes Saffir-Simpson para describir el tamaño de un huracan.
A medida que los huracanes se desplazan , los meteorólogos tratan de pronosticar dónde y cuándo la tormenta llegará a tierra, para prevenir las personas. Los satélites siguen a los huracanes durante grandes distancias. Para pronosticar hacia dónde irá la tormenta, los meteorólogos usan modelos computarizados que consideran los factores de la tormenta y de la atmósfera. Desde 1953, a cada huracán se le ha dado un nombre para ayudar en los avisos de tormentas.
Los huracanes generalmente se ocuren durante la temporada de huracanes. La temporada de huracanes es diferentes en diversas partes del mundo. En el Atlántico Norte, los huracanes generalmente ocurren cada año entre el 1 de junio y el 30 de noviembre.