Evolución de Mercurio
Se cree que Mercurio, al igual que otros planetas, se formó en los primeros estadios de la evolución del Sistema Solar , a medida que el polvo se fue uniendo para formar grandes grupos, y posteriormente pequeños planetas o "planetesimales". Eventualmente, el campo gravitacional del grupo más grande "barrió" al resto de los grupos pequeños, formando cráteres en la superficie del jóven planeta. Debido a que Mercurio se encuentra muy cerca del Sol, es posible que muchos de los elementos más livianos en la nube original de polvo solar, no fueran abundantes en la zona más interna del Sistema Solar. Como resultado, el material dejado para formar al planeta era rico en metales y otros elementos y minerales que permanecen sólidos, aún a elevadas temperaturas. Bajo la influencia de la gravedad, el planeta continuó encogiéndose, eventualmente derritiendo gran parte del planeta, lo que permitió que los materiales se separaran según su densidad. El hundimiento de los elementos más pesados, encontrados en el centro del planeta, hizo que se formara un núcleo rico en hierro derretido. Es posible que el movimiento de este metal derretido, en el interior de Mercurio, sea el responsable del campo magnético que midió Mariner 10 en Mercurio. Debido a su pequeño tamaño, el planeta se enfrió rapidamente, y es probable que tenga una gruesa capa rocosa o "litosfera", la cual se extinede por cientos de kilómetros, desde la superficie del planeta hasta -posiblemente- su núcleo. A medida que el planeta continuó enfriándose, se encogió ligeramente, y dio origen a una compresión de la superficie, y eventualmente formó fallas, que es en donde una porción de rocas descienden para ser cubiertas por otras. Es posible que estas fallas sean responsables de la formación de las cordilleras escarpadas que vió Mariner 10.