Estructura de los anillos de Saturno
Es mucho lo que tenemos que aprender antes de comprender completamente los anillos planetarios. Los anillos de Saturno son los más brillantes y, por tanto, más famosos que los anillos de Júpiter y los de Urano. El número total de anillos es siete, y al nombrarlos, a cada uno se le asignó una letra, de la A hasta la G. Tres de los anillos, A,B y C, son visibles desde la Tierra usando un telescopio.
Los anillos de Saturno fueron descubiertos por Galileo en los 1600, aún cuando en esa época no supo qué eran. En 1655, el astrónomo Christian Huygens predijo que Galileo había visto anillos en Saturno. Más adelante, telescopios más poderosos comprobaron que Hyugens estaba en lo cierto.
En 1675, un científico llamado Cassini, encontró lo que parecía ser un espacio entre los anillos A y B. Más adelante a este espacio se le llamó la División Cassini. En los 1800, se descubrió un tercer anillo difuso, al que se le llamó anillo C. No fue hasta 1979 que se encontraron los anillos E,F y G, cuando las naves espaciales Pionero 11 y Voyager volaron junto a Saturno. También encontraron un pequeño espacio entre los anillos A y F, conocido como la División Encke.
Estos anillos continúan siendo un misterio para los científicos. Se sabe que la gravedad de Saturno mantiene las pequeñas partículas de los anillos en su lugar. Así mismo evita que pedazos de hielo y roca se unan para formar lunas. Cada planeta tiene algo conocido como límite Roche, que es una distancia específica desde el planeta. De acuerdo a la fuerza gravitacional del planeta, todo lo que se encuentre dentro de ese límite no se combina para crear objetos más grandes. Es por esto que las partículas de roca, en su mayoría, sólo tienen un tamaño de unos cuantos centímetros. Sin embargo, la mayoría de las lunas de Saturno se encuentran fuera del límite Roche, razón por la cual permanecen unidas.
Dos de las lunas de Saturno, Prometeo y Pandora, se conocen como los satélites pastorales. Ambos son pequeñas lunas que se encuentran en cada uno de los costados del anillo F. Trabajan una contra la otra, empujando las partículas dentro del anillo F hacia el centro del anillo. El resultado es un anillo F pequeño y compacto.