En los bosques de Alaska ¿hongos secos al rescate?
Un grupo de científicos está tratando de aprender más sobre cómo los bosques ciclan el carbón para predecir más exactamente el cambio de clima y el calentamiento del planeta. Para esto, realizaron un estudio en un bosque norteño porque probablemente estas regiones serán más afectadas por el calentamiento del planeta. Los bosques norteños están situados en Alaska, Canadá, Escandinavia, y otras regiones norteñas.
Cuando el suelo en estos bosques se calienta, los hongos que se alimentan de material vegetal muerto, como setas, se secan y producen significativamente menos dióxido de carbono que calienta al clima que los hongos que se encuentran en un suelo más fresco, más mojado.
Steven Allison y Kathleen Treseder, ecologistas de la Universidad de California en Irvine (UCI), investigaron qué sucede a los niveles de dióxido de carbono cuando el suelo de un bosque norteño se calienta. Los científicos realizaron su experimento en un bosque de abetos cerca de Fairbanks, Alaska. Compararon el suelo de un invernadero que podían calentar con suelo de lotes cercanos sin calentar. Tomaron medidas entre mayo y agosto, y encontraron que para el final de la estación de crecimiento, a mediados de agosto, el suelo en los invernaderos calentados produjo más de la mitad de dióxido de carbono que el suelo en lotes de control más fresco. Esto se debe a que el suelo en el invernadero tenía más de la mitad de hongos activos. Cuando los hongos se secan, mueren o llegan a ser inactivos y dejan de producir dióxido de carbono, señalaron los científicos.
Este hallazgo fue una sorpresa para los científicos, quienes esperaban que un suelo más caliente emitiría mayores cantidades de dióxido de carbono; se cree que el frío retrasa el proceso mediante el cual los hongos convierten al carbón del suelo en dióxido de carbono.